Guitarricadelafuente: «Si te pasas la vida intentando no arriesgar demasiado, terminarás impoluto pero no habrás vivido realmente»

<p class=»ue-c-article__paragraph»><strong>Guitarricadelafuente ya no está en </strong><i><strong>La Cantera</strong></i>. Su último álbum, publicado en 2022 bajo ese nombre, ya es historia. Ahora pasa al primer equipo y abraza, dice él, su madurez, tanto personal como musical, con su nuevo lanzamiento. <i><strong>Spanish Leather</strong></i> suena desde el viernes en todos los auriculares de España con siete temas inéditos.</p>

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 El cantautor valenciano presenta su nuevo álbum, con 12 canciones que consolidan un estilo propio y dan un giro novedoso a su forma de presentarse como la voz de una generación, un impulso hacia el futuro mientras se prepara para la edad adulta  

Guitarricadelafuente ya no está en La Cantera. Su último álbum, publicado en 2022 bajo ese nombre, ya es historia. Ahora pasa al primer equipo y abraza, dice él, su madurez, tanto personal como musical, con su nuevo lanzamiento. Spanish Leather suena desde el viernes en todos los auriculares de España con siete temas inéditos.

Álvaro Lafuente ya había dejado miguitas de pan con Full time papi, sencillo al que seguirían Futuros Amantes, Pipe dream, Tramuntana y BABIECA! Temas que abordan el afecto y el rechazo, la vulnerabilidad, el deseo y la identidad. Todos ellos forman un entramado a la española que va directo al imaginario colectivo y a las emociones de toda una generación.

¿De dónde sale ‘Spanish Leather’?
Hay una parte que viene de mi disco anterior. Sentía que esta vez quería saber qué hacer con ese folclore que había descubierto, que ya estaba en mí y con el que me sentía identificado. Me gustaba la idea de pensar que la tradición ya forma parte de nosotros, que somos el resultado de una herencia que nos han dejado nuestros antepasados y que nuestro humor, nuestra forma de pensar y de ver la vida serían el resultado de todo eso. Esa herencia es inherente a nosotros, como en el cuero.
¿Entonces el cuero es la raíz de todo?
Veo el cuero como un material muy relacionado con la artesanía, y a pesar de ser tan tradicional crea cosas contemporáneas increíbles. También está esa idea que siempre me ha gustado mucho pensar que el pop actual es el folclore del futuro. Canciones que cuentan las historias de amor de la gente o historias de desamor, pero que representan lo que sucede en la actualidad. Quizá dentro de 100 años una canción de Dua Lipa represente un momento concreto.
¿Has abandonado un poco la guitarra de Guitarricadelafuente?
Pienso mucho en cuándo dejaré de sentirme a gusto con ese nombre. Creo que está muy ligado a querer despegarse del pasado pero no poder renunciar a él. Permanecer con ese nombre me parece una forma de decir: «Igual lo que estás escuchando no te parece lo que el nombre te puede sugerir, pero lo que me parece divertido es que puedas ir de la mano en esos pasos. Mira, esto es así porque detrás hay todo esto».

«Siempre me ha gustado mucho pensar que el pop actual es el folclore del futuro»

También hay un cambio grande en los videoclips, que son más sensuales.
Ha habido un corte de filtro. Antes trataba la sensualidad de una manera muy inocente, muy infantilizada. Cuando estaba haciendo mi primer disco sentía mucha más presión y que necesitábamos mucho más recubrimiento. Ahora nos hemos hecho mayores y así es como se ve la sensualidad, sin rodeos y de forma mucho más directa. Para mí era un cambio natural y no demasiado radical pero que representaba esta nueva etapa. Todos nos vamos descubriendo a medida que nos hacemos mayores y quería eliminar todo ese mundo onírico y presentar la piel tal cual es.
¿Fue complicado sacar afuera todo lo que reflejan las canciones? Has trabajado con pablopablo y Raül Refree. ¿Qué ha implicado esa colaboración?
Cuando estás escribiendo historias que hablan de tu vida quieres saber si lo que estás contando tiene sentido. Mola pensar que estás compartiendo algo junto a personas de tu generación o que están en el mismo momento, y no habrá nadie que pueda entenderte mejor que ellas, que pueden ayudarte a retratar lo que estás viviendo. Trabajar con más gente te permite salir de tu zona de confort porque lo haces con menos prejuicio. Estar rodeado de gente que admiro y que pertenece a la misma generación que yo me ha permitido enriquecerme con sus mundos, que caben dentro del mismo al que yo pertenezco.
¿Y cómo concebisteis juntos el disco?
Teníamos la intención de que la melodía y la letra fueran lo más importante, sin buscar producciones súper enrevesadas, para que el mensaje fuese claro y que la gente se pudiera aprender las canciones, que las pueda tocar, que fuera algo súper interactivo y el público se empapara de la música y pudiera disfrutarla conmigo.

«Antes trataba la sensualidad de una manera muy infantilizada. Ahora me he hecho mayor y veo la sensualidad sin rodeos y de forma mucho más directa»

Esa dualidad que tiene el álbum entre el deseo de pertenencia y el de liberación, ¿también es algo generacional?
Sí, en los últimos 10 años o así ha habido un cierto viraje al pasado. Al final, es como en la adolescencia, cuando estás buscando esa pertenencia a algo, a un grupo, a un colectivo, a una tribu urbana, y de repente hay un momento en que nuestro origen, el lugar al que pertenecemos o donde hemos vivido por casualidad es lo que afianza nuestra pertenencia, lo que nos ancla en un lugar seguro.
¿Hemos perdido profundidad en la vida moderna?
En el disco hay una canción, Sonata nº 9 de los heavies de Gran Vía, que se fija mucho en esta idea de que la generación previa a nosotros no va a tolerar los cambios. Aparecen nuevos dogmas, nuevas ideas, y de repente dices: joder, igual he vivido en vano, ¿no? Y creo que en este disco hablo mucho de esta inmediatez y de cómo no puedes hacer nada para remediarla y lo único que está en tu mano es dejarte llevar por ella, que te arrastre y, sobre todo, ver lo divertido y lo liberador que supone.
Hilando este presente con tu inicios, ¿qué te gusta y qué te pesa de haber convertido canciones como ‘Guantanamera’ en himnos?
Buah, no me pesa nada [risas], no me pesa nada. Las canciones del principio siempre las llevo conmigo y me enorgullezco de ellas porque representaban un momento muy concreto. Juntarlas con las nuevas en el tour hace que todo tenga sentido, ¿no? Siempre he tenido la mentalidad de querer hacer canciones atemporales, pero en esta ocasión sentía la necesidad de decir: joder, quiero sentir esta inmediatez que tanto tememos y enfrentarme a ella, a ver qué sale. Mientras componía no entendía las palabras que me iban saliendo. Pero me gustaban, y cuando terminaba la canción todo cobraba sentido. Creo que con Spanish Leather he buscado el momento presente y cómo te hace sentir más que intentar crear himnos.

«En los últimos años ha habido un cierto viraje al pasado, de repente nuestro origen es lo que nos ancla en un lugar seguro»

¿Crees que tu público fiel te seguirá en este viaje?
La gente quiere estar, estará. Sobre todo, valoro mucho a la gente que ha estado desde el principio y que me ha ido acompañando en el camino, con todos mis cambios. Que desde La Cantera hayan ido hasta lo que es hoy este nuevo disco. Otra mucha gente se habrá bajado del carro y no se sumará a este camino, pero no tengo miedo.
¿Y qué papel desempeña España en el imaginario colectivo que has creado en el disco?
La línea narrativa del disco sigue esa partida del pueblo hacia la ciudad, y me hacía gracia que esas andaduras fuesen historias similares a las del Quijote avanzando a caballo por la Península y empapándose de nuevas sensaciones. Al final, como el título era Spanish Leather, sentía la necesidad de poner puntos geográficos que me han marcado o que tenían que estar representados. Está el Mediterráneo, está Port Pelegrí, Tramuntana, Bavieca, que también es el caballo del Cid [también el club en que se conocieron sus padres]. Y se han quedado sitios fuera que van a servir para otras canciones que saldrán más adelante.
Pero también eres sarcástico con esa españolidad.
Sí, también hay cosas que me hacían gracia con el Cid o con el toro de Osborne, por ejemplo, que están tan relacionados con la españolidad pero que también creo que son símbolos que la juventud ha ido renovando y adaptando a su propio discurso para llevar ellos la bandera. Hay un punto irónico entre lo rancio y lo nuevo al que hago referencia en Full time papi:Enciendes el mechero del toro/ no es mi movida pero me enamoro. Representa un encuentro entre el conservadurismo tradicional, con todos sus estereotipos, y la nueva generación. Obviamente, hay mucho sarcasmo y nada se toma realmente en serio, simplemente busco romper con esa seriedad que rodea siempre estos temas y tomármelos como una coña. Pasarlo bien y reírnos de nosotros mismos, al final.

«Parece que cuando metes carne, sensualidad, se desprestigia todo, como si hubieras perdido la autenticidad o te estuvieras vendiendo a la industria»

¿Qué opinas de todas las etiquetas que te han asignado a lo largo de tu carrera? ¿Crees que vendrán nuevos calificativos?
Me siento orgulloso del público que tengo, de que haya gente de su padre y de su madre, cada uno de sectores distintos de la sociedad. Al final, que pongan todas esas etiquetas: ahora es demasiado gay, ahora es demasiado pijo, significa que todos están dentro, ¿sabes? Y ahora parece que cuando metes la carne se desprestigia todo, como que ya has perdido la autenticidad o que te estás vendiendo a la industria. Al final es como: tío, estamos en el puto siglo XXI.
¿Y con el tema del folclore?
Pues parece que si un artista está indagando en el folclore eso le da un cheque en blanco de intelectualidad, de interés, de exclusividad. Y mucha gente se siente reconfortada al pensar que forma parte de un club de gente que dirá: «Yo entiendo esta música, el pop no es para mí, es para el resto de gente». Está un poco mal visto el disfrutar de una canción fácil y sencilla que te entra por el diafragma directamente, sin una reflexión muy fuerte. Te piden ese halo de misterio, pero si estás toda tu vida intentando no aparecer o no mostrarte mucho, sí, vas a acabar tu vida impoluto, pero no te habrás manchado y no te habrás arriesgado ni habrás vivido realmente.
Hace cuatro años, en una entrevista con este periódico, dijiste que quizá en unos años te verías a ti mismo y pensarías que no tenías ni idea. ¿Qué opinas ahora de aquella reflexión?
Probablemente, cuando vea lo que estoy haciendo ahora dentro de cuatro años, o incluso espero que dentro de menos tiempo, pensaré lo mismo, sí: cuánta calle te falta.
¿Al Álvaro del pasado le faltaba calle?
Sí, pero estaba viviendo su momento tierno. Le faltaba calle, pero con cariño.

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